1. Tienen una política de úsalo o piérdelo
Normalmente, la nómina de una persona financia su cuenta flexible, por lo que mucha gente no se toma el tiempo necesario para sentarse y comprender realmente el proceso y cuánto dinero podría ahorrarse a largo plazo. Debes decidir la cantidad que te gustaría ingresar en tu cuenta en función del tipo de cuenta que tengas. Normalmente, las cuentas flexibles vienen con políticas de úsalo o piérdelo, que básicamente significan que si una persona no utiliza el dinero ahorrado al final del año, perderá todos esos fondos.
2. Toma decisiones que te protejan de perder dinero
Como la posibilidad de perder dinero a final de año puede ser importante, tienes que tener cuidado con la cantidad de dinero que ingresas cada mes en tu cuenta flexible. De hecho, es casi una tarea imposible calcular cuánto necesitarás cada año, pero con un poco de planificación previa, es posible hacer una estimación informada. Para averiguar las cifras exactas o aproximadas, considera cada una de las opciones siguientes.
3. Empieza por hacer una lista de todas las necesidades sanitarias que se te ocurran
Para calcular cuánto debes destinar a tu cuenta flexible, empieza por hacer una lista de todos y cada uno de tus gastos sanitarios. Incluye las visitas al médico que puedas prever, las revisiones, las recetas, la medicación crónica (si procede) y cualquier otra cita especial, como al oculista, al dermatólogo o a fisioterapia. Si tienes hijos, quizá quieras duplicar esa cifra e incluir una visita a urgencias.
4. Consulta el sitio web de tu aseguradora
Si te sientes completamente perdido en cuanto a las cifras que debes anotar, un buen consejo es que simplemente eches un vistazo al sitio web de tu aseguradora de confianza. Allí deberías poder encontrar algunas cifras que tomar como base. Otra cosa que puedes hacer es programar una reunión con tu departamento de recursos humanos para preguntarles específicamente por estas cifras. Además, si sabes que vas a someterte a algún tipo de intervención o cirugía, asegúrate de obtener los costes estimados con antelación. Si estás embarazada y planeas dar a luz, hay asesores financieros con los que puedes reunirte para hacerte una idea de los costes que debes esperar.
5. Comprende tus deducibles
Con las franquicias siempre en aumento en EEUU, casi todos los asegurados las tienen. Una franquicia es una cantidad que una persona paga de su bolsillo cuando presenta una reclamación. Aunque a veces pueden ser una cantidad concreta, también pueden consistir en el porcentaje del importe total del seguro en la póliza específica de una persona. En EE.UU., un estudio realizado por la Kaiser Family Foundation ha descubierto que las franquicias aumentan más deprisa que los ingresos medios de los estadounidenses.
6. Intenta estar lo más cerca posible
En lo que respecta a tu cuenta flexible, sería ideal que todo el mundo pudiera simplemente depositar en su cuenta el importe de su franquicia, pero, por desgracia, eso no siempre es realista. Así que, para estar seguro, procura acercarte lo más posible si estás casi seguro de que alcanzarás tu deducible. Por último, si llegas a final de año y no has agotado tus ahorros, suele haber otras cosas en las que podrías invertir ese dinero, como acupuntura, odontología estética y otras.