1. Lee y aprende los términos principales
Una vez más, no hace falta ser un profesional, un poco de investigación y lectura minuciosa pueden llevarte muy lejos para lograr una comprensión básica del campo. Internet es tu amigo, y allí puedes encontrar algunos de los términos más utilizados en la compra de acciones, abreviaturas y significados de siglas que te permitirán tomar decisiones con conocimiento de causa. Como primera tarea de aprendizaje, asegúrate de aprender la diferencia entre acciones, bonos y mutuas.
2. Decide cuál es la forma más cómoda de invertir para ti
Tienes principalmente dos opciones: puedes decidir informarte lo mejor que puedas e invertir en bolsa tú mismo, o puedes contratar a un profesional para que lo haga. Sin embargo, antes de contratar a alguien, ten en cuenta que comprar acciones no es tan difícil como parece. Definitivamente, puedes hacerlo tú mismo, sobre todo si quieres empezar seguro y despacio. El mercado de valores está lleno de plataformas y fondos cotizados (ETF) que son seguros y en los que es fácil invertir.
3. Establece tus objetivos a largo plazo y un presupuesto realista
Antes de empezar a invertir, es fundamental hacer dos cosas sencillas y básicas: averiguar cuánto puedes permitirte invertir y fijar uno o dos objetivos a largo plazo. Hazte la pregunta: ¿Por qué quieres invertir y cuánto te gustaría ganar? Cuando respondas a estas preguntas, piensa en el plazo de tiempo que estás dispuesto a invertir y en cuánto puedes permitirte arriesgar. Por ejemplo, si piensas invertir para tu jubilación y tienes 30 años, o menos, puedes invertir en acciones más seguras. Si estás casi a punto de jubilarte, quizá quieras tomar decisiones de inversión más arriesgadas, pero con conocimiento de causa.
4. Establece tus prioridades
Establecer tus prioridades es un buen consejo para cualquier área de tu vida, e invertir no es una excepción. Si tienes un conjunto de empresas en las que crees o que realmente admiras, invertir en ellas no sería necesariamente una mala idea, siempre que primero investigues. Pero sobre todo, si decides dar prioridad a estas empresas, probablemente significa que ya estás algo familiarizado con ellas. Para tomar decisiones acertadas, lee sobre su historia y su situación económica actual.
5. Abre una cuenta y empieza a comprar
Una vez que tengas tu información ordenada, es hora de dar el salto y abrir una cuenta. Aquí también tienes varias opciones. Una de ellas es simplemente acudir a una empresa de inversión y abrir tu cuenta. La mayoría de estas empresas tienen un servicio de atención al cliente muy útil, así que deberías tenerlo resuelto. O también puedes decidir abrir una cuenta de corretaje online o lo que se conoce como cuenta robo-advisor. Las cuentas de corretaje online te permiten ser más proactivo a la hora de elegir tus acciones, mientras que las cuentas robo-advisor crean una cartera personalizada para que inviertas en ella, y básicamente invierten por ti.
6. Reevaluar constantemente
Por último, pero no por ello menos importante, asegúrate de no caer en un exceso de confianza y complacencia con tus decisiones de inversión. Es crucial reevaluar constantemente tu enfoque y los objetivos que te has fijado. Lo importante es asegurarte de que tus decisiones se adaptan al cambiante mundo de la inversión, y de que siempre tienes presentes tus objetivos. Por ejemplo, puedes empezar con una cuenta de corretaje online, pero luego decidir pasarte al robo-advising o trasladar tus fondos de inversión a otras opciones. En general, intenta reevaluar cada seis meses.